viernes, 17 de julio de 2009

Naranja

Todos tenemos un pequeño placer preferido y el de Julio era pelar una naranja mientras le daba el sol. Se ponía manos a la obra sobre las diez o diez y media de la mañana, cuando el astro pegaba de pleno sobre su terraza.

Pelar todos los días una naranja, a la misma hora, durante diez años, era la causa de que Julio tuviera una especial habilidad en el arte de separar la cáscara del resto. Lo hacía de una vez, sin separar el cuchillo del cuerpo de la naranja. Después, la comía a dentelladas, como si fuera una manzana, y le encantaba sentirse embadurnado de su jugo, para así oler mejor y hacer de aquella escena una auténtica fiesta de los sentidos.

Ese día primaveral corría una brisa tenue y algunas nubecillas tapaban a veces el sol, lo cual hacía que su reaparición, la del sol, fuera una auténtica delicia para Julio. Abajo, el inconfundible rumor mañanero de los niños en un colegio y el pasar incesante de los automóviles. No le molestaba. Al contrario, contribuía a su placentero no pensar, quizás el único que tenía en el día.

A lo lejos, escuchó el sonido de un avión. Aun siendo poco habitual, también ayudaba a crear su particular orquesta de sonidos cotidianos del día. El acercamiento del avión introdujo algo de distorsión, no mucha, en su estado de semisomnolencia, pero que pasara justo por encima de su terraza lo alteró algo. Pocos segundos después volvió a sonar el zumbido a lo lejos, pero esta vez parecía el de un enjambre de abejas. Eso lo descolocó.

No sabemos si dejó de comer la naranja* cuando tembló todo su edificio. En lontananza veía humo por todas partes. Un sonido ensordecedor, una explosión que le reventó los tímpanos, lo paralizó, pero en cuanto vio los cristales de su terraza caer volvió en sí. Llamó a su mujer:

--¡Alicia! ¡Alicia! ¡Pon la televisión!

Mientras las explosiones continuaban, mientras el edificio temblaba, Julio y Alicia concentraron toda su atención en el electrodoméstico.

La televisión estaba como siempre: series de éxito, programas de telerrealidad, un concurso de misses y un espacio de humor y variedades.

--¡La radio!

Pero la radio andaba como siempre. Tertulias, música, deportes...

Los gritos, los lamentos y los muertos sucedieron a las explosiones. Julio y Alicia volvieron a la terraza y vieron que todo era destrucción.

* Me gustaría saber qué le sucedió a la naranja, pero no se me ocurre ninguna solución satisfactoria. ¿Se la comió Julio completamente antes de que le sobreviniera el bombardeo? ¿Se la llevó Julio hacia la casa y siguió comiéndola mientras veía la televisión? ¿La dejó Julio en la silla de la terraza? ¿Cayeron sus restos al suelo de la terraza? ¿Qué pinta la naranja en toda esta historia? ¿le saldrían gusanos? ¿Dónde estará la cáscara?