sábado, 14 de febrero de 2009

Metamorfosis

Luna dejó las llaves sobre la mesita de estar y entró en el cuarto de baño.

--¡Tardo cinco minutos! Voy a maquillarme.

--¡Vale!, respondió María, bien tumbada sobre el colchón de su dormitorio mientras leía una revista de variedades.

--¡He hablado con Luis!, dijo Luna, algún que otro minuto después.

--¿Queeé?, respondió María.

--¡Que he hablado con Luis! ¡Creo que lo vamos a dejar!

--¿Cómo? ¡Ahora me lo cuentas!

--¡Mañana comes sola! ¡Tengo examen!, afirmó Luna, algún minuto más tarde.

--¿Queeeeé?

--¡Que mañana te toca a ti fregar los platos!

--¡Ahora me lo cuentas!

Luna salió del cuarto de baño, semidesnuda. Cuando entró en el dormitorio de María, ésta profirió un grito ahogado, lleno de horror. La cabeza de Luna se había transformado en una horrible cucaracha. María vio cómo dos antenas filiformes, y toda la cabeza de Luna, se movían, como negando:

--Definitivamente, Luis no es mi hombre, dijo.

Y se dispuso a arreglarse el pelo.

No hay comentarios: