miércoles, 12 de noviembre de 2008

Suidicio

Me suicido. Y esta es mi carta:

"Por la presente, he decidido quitarme la vida. No culpo de ello a nada ni a nadie, excepto a mi vecino Juan Sanabria, por poner esa infame música de reggaeton a todas las horas del día. No crean que me suicido por él. Simplemente, es la primera persona que se me ha ocurrido por la que no merece la pena vivir. Hay más, eh. Ya le puedo decir a mi compañera de trabajo Pilar Cuesta que las minifaldas no son para los jamones. Para los suyos, quiero decir. Mi vista se quería suicidar todos los días cada vez que la veía y yo no la dejaba. Qué decir de mi jefe, Antonio Pérez Méndez. Mis oídos también deseaban la muerte instantánea cuando salía de su despacho y decía: ¡Pérez!, que daba igual ¡Pérez! que ¡número 4!, y, es más, hubiera preferido que me llamara número 4, porque así no me hubiera preguntado qué hago en vacaciones y por qué me puse enfermo, pues creo que los números no toman vacaciones ni van al médico. Mi boca va a agradecer sobremanera no comer más potajes de la abuela. Claro que cuando digo abuela quiero decir suegra. Mi nariz, por fin, va a descansar de los sobacos de mi amada esposa, y mi cuerpo, por fin, va a descansar de el/la/los/las.... de mi amada esposa. Culpo a mi compañera Pilar, mi vecino, mi jefe, mi suegra y a mi esposa, que no han sabido comprender que merezco ser feliz.


Postdata: os quiero."

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